Se debe realizar una Reforma Fiscal que ajuste a la realidad
actual la Actividad de los autónomos.
En las próximas semanas, los autónomos tendrán que empezar a
hacer frente a una avalancha de obligaciones fiscales que llega en uno de los peores
momentos para ellos, cuando el colectivo deja atrás un año negro
y muchos todavía están muy lejos de recuperarse de la crisis económica. De
hecho, más de la mitad de los trabajadores por cuenta propia continúan con
caídas en sus ingresos superiores al 60%.
En los últimos días los asesores de los autónomos están
experimentando un aumento de las quejas de muchos trabajadores por cuenta
propia porque, a la hora de la verdad, son muy pocos gastos los que se
pueden deducir, sobre todo si son profesionales. Y muchos de ellos corren en
riesgo de que, según el inspector que toque, puedan ser echados para atrás
porque son de difícil justificación. Con el agravante comparativo de
que un mismo gasto, por ejemplo, el gasóleo que utiliza su coche para su
actividad, un autónomo no se lo puede deducir y una sociedad sí. Lo
mismo ocurre con viajes de negocios, comidas, parking que Hacienda rechaza como
gastos de la actividad en el caso de un autónomo y lo acepta en el caso de que
sea una sociedad.
Los expertos y asesores denuncian la presión fiscal con la
que se van encontrar los autónomos próximamente, no sólo porque deberán tributar por algunas ayudas que recibieron, como
la prestación extraordinaria por cese de actividad, sino también porque continúan
teniendo muy difícil acceder a la mayoría de deducciones, que son,
prácticamente, la única herramienta con la que cuentan para reducir su factura
fiscal.
Los autónomos, al igual que las empresas, pagan sus
impuestos en función de dos variables: lo que ingresan y lo que gastan. Si lo
que gastan forma parte de su actividad, entonces pueden deducírselo en sus
declaraciones y, así reducir el importe a pagar a Hacienda. "El
problema es que la mayoría de las deducciones tienen requisitos leoninos y,
muchas veces, su deducibilidad depende del criterio del funcionario en cuestión
y de la actividad que desempeña el autónomo", explicó un asesor
fiscal de una importante firma que prefirió no dar su nombre.
Muchos gastos siguen siendo imposibles de justificar para
un autónomo
La difícil justificación, y por tanto, deducción, que
presentan muchos gastos no es nueva para el colectivo pero, según los expertos,
va a verse todavía más en las próximas declaraciones, "porque
los autónomos salen de casi un año entero de caída de ingresos y no pueden
permitirse pagar más impuestos por trabas, como la falta de unificación entre
normas fiscales, o el cambio de criterio de un funcionario a otro a la hora de
interpretar si un gasto está bien justificado y, por tanto, es
deducible, o no", dijo el asesor fiscal.
De hecho, los expertos fiscales llevan años advirtiendo
de la incoherencia que supone, por ejemplo, que en un mismo gasto como
es el del vehículo haya dos criterios diferentes, según el impuesto del que se
trate: en IVA, los autónomos pueden deducirse un 50% de sus
impuestos al adquirir un vehículo si lo usan parcialmente para su actividad,
pero en IRPF, sin embargo, si no utilizan el vehículo exclusivamente para su
negocio, no pueden deducirse nada.
El ejemplo del vehículo "es el más flagrante, pero no
el único. Teléfono móvil, suministros del hogar- cuando el autónomo
trabaja desde casa-, gastos de representación, dietas o ropa de
trabajo son sólo algunos de los gastos que engrosan la larga lista de
desembolsos que los autónomos tienen realmente difícil de justificar",
apuntó el asesor fiscal.
La inseguridad jurídica llega hasta tal punto que "aunque
un autónomo tenga, teóricamente, derecho a una deducción, no tiene
asegurado que un inspector no vaya a ponerla en duda. Por
ejemplo, conozco el caso de un autónomo, que es médico y trabaja para varias
clínicas privadas. Aun necesitando el móvil para llamadas de urgencia o
cualquier otro asunto relacionado con su actividad no le admitieron la
deducción, simplemente porque tiene incorporada la línea de la que hace
uso profesional en el mismo pack que el internet y el fijo de su
casa", puso como ejemplo este asesor fiscal.
Resulta muy difícil justificar la correlación entre
gastos y actividad
En principio, el abanico de gastos que un profesional se
puede deducir para reducir lo que paga de impuestos al Fisco es casi
interminable. De hecho, la norma del IVA, por ejemplo, no precisa los
gastos que sí se pueden deducir los contribuyentes, sino los que en ningún
caso se pueden desgravar.
Según el artículo 95 de la Ley del IVA en su punto
Uno: “los empresarios o profesionales no podrán deducir las cuotas
soportadas o satisfechas por las adquisiciones o importaciones de
bienes o servicios que no afecten, directa y exclusivamente, a su actividad
empresarial o profesión”.
El problema viene a la hora de discernir lo que de verdad
está directa y exclusivamente relacionado con la actividad del autónomo y lo
que se puede justificar como tal. Muchos expertos se refieren a esta
comprobación como “la prueba diabólica” por la dificultad que
implica demostrar a la Agencia Tributaria la correlación entre gasto y
actividad. Por eso, en cuestión de deducciones hay que 'andar con pies
de plomo' y contar siempre con un buen asesoramiento
Depende "de la actividad y del criterio del
inspector"
Y, aun así, los expertos supieron enumerar una lista
casi interminable de casos en los que, a priori, parecía evidente que el gasto
estaba relacionado con la actividad y, finalmente, el técnico o inspector de
Hacienda terminó por entender que no era deducible.
Es el caso de Alberto Ara, autónomo y abogado que, en
el desempeño de su profesión, tuvo problemas para acceder a deducciones. “Tuve
que viajar a Madrid por un juicio y me desgravé los billetes del AVE. El
problema es que éstos no son nominativos, es decir, tú puedes comprar un
billete y lo puede utilizar cualquier otra persona. Esto se ha convertido en un
problema, porque, aunque presente los papeles del juicio, que justifican mi
desplazamiento, Hacienda responde que lo único que he acreditado es mi
presencia en Madrid y no el uso del billete”, denunció el experto a este
diario.
Según el asesor fiscal, muchas veces, la posibilidad de
deducirse o no un gasto termina estando "en manos de la suerte y no de la
Ley. Desgraciadamente, muchos autónomos tienen que jugársela a la hora de
acceder a una deducción porque la norma no es clara, y no
dice lo que, de forma rotunda, es deducible y lo que no. Así que
todo depende de dos cosas: la actividad que desempeñe el trabajador por
cuenta propia, y el criterio del inspector que lleve a cabo la posible
comprobación de sus declaraciones".
De hecho, desde dentro la propia Agencia Tributaria, el
secretario del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) reconoció que hay
muchos gastos que suelen generar problemas a los autónomos en posibles
comprobaciones de las inspecciones, y también a los inspectores, por
lo "indeterminados" y "difusos" que resultan.
Se trata de gastos en los que "es muy
difícil de determinar si pertenecen a la actividad profesional
o al ámbito personal. Hablo del teléfono móvil, del vehículo o de
los gastos de representación. Es muy complicado discernir si el uso del
coche, las llamadas o una comida pertenecen al ámbito laboral o no,
porque son gastos que se pueden desempeñar en ambos planos",
explicó José María Mollinedo, Secretario General de Gestha.
Los autónomos persona física tienen más complicadas las
deducciones
Y precisamente ese es el principal problema en el que
coinciden todos los expertos: "el autónomo persona física comparte
el plano personal con el profesional es, a la vez, empresa y persona y,
muchas veces, incluso comparte ambas cuentas bancarias en una sola. Por lo
tanto, es mucho más complicado de justificar que sus gastos son para el
negocio, que en el caso de las sociedades", explicó Mollinedo.
La justificación puede complicarse si el autónomo es,
además, persona física. Para desgravar un gasto existen tres
requisitos básicos: la relación de los gastos con la actividad, y estar en
condiciones de justificarla; tener todo ello acreditado con factura y, luego,
contabilizarlo. Las condiciones son las mismas para un autónomo que para una
sociedad, "pero las circunstancias pueden ser muy diferentes, porque una
sociedad tiene más fácil la justificación de las compras por su propia
naturaleza y características", apuntó, por su parte, el asesor
fiscal citado anteriormente.
Así, por ejemplo, "una empresa que adquiere un vehículo
a través de la sociedad lo tiene casi todo ganado, porque con la propia compra
mediante la sociedad ya se puede entender que ese coche es para uso de
dicha empresa. El caso del autónomo es distinto, porque tiene que
justificar si ha adquirido ese coche en su condición de profesional, o en su
plano personal. Y la sospecha del Fisco siempre está ahí. Al final, lo
que está claro es que el 80% de los autónomos salen peor parados a la hora de
las deducciones que una sociedad. Y esto sólo se puede solucionar con
una reforma fiscal que aclare de una vez cuándo sí , y cuándo no es
deducible cada gasto", dijo este experto.
Los asesores piden claridad, seguridad jurídica y
transparencia
Lo mismo opina Arturo Jímenez, director del Gabinete de
Estudios de la Asociación Española de Asesores Fiscales, (AEDAF), "no
puede ser que las normas sean diferentes a la hora de determinar un gasto entre
un impuesto y otro, como ocurre con el vehículo, que es el caso más
claro. Hace falta que se aclare la normativa tributaria, para dar
seguridad tanto a los inspectores, que comprueban todas estas deducciones, como
a los asesores fiscales que las aplicamos".
Las normas tributarias cambian constantemente y han hecho
que los autónomos y sus asesores se encuentren en una situación de
inseguridad constante: "ninguna deducción tiene cero riesgos, y
eso no debería ser así. También debería dotarse a la actuación
inspectora de más transparencia. Es fundamental para entender los
criterios que está llevando a cabo cada funcionario a la hora de entender como
injustificada una deducción, y así ver si realmente los criterios
están unificados.
De hecho, la inseguridad jurídica es uno de los puntos en
los que coinciden todos los expertos consultados: "ni el autónomo, ni el
asesor, ni tan si quiera el técnico de la Agencia Tributaria sabe, en
ocasiones, si verdaderamente un determinado gasto en una situación concreta es
deducible.
Y eso se plasma en los resultados de los recursos en los
Tribunales contencioso-administrativos. "Casi un 50% de los recursos en impuestos como IVA o IRPF,
los gana el autónomo, y por algo será. A esto, hay que añadir que en el ámbito
de la inspección, las retribuciones varían en función de la
productividad y, eso, es una combinación muy explosiva", denunció el
director del Gabinete de estudios de AEDAF.
¿Es posible que cambien los criterios de la
inspección?
A las puertas de la reforma fiscal que anunció el Gobierno y
en la que, según aseguró recientemente la ministra de Hacienda, María
Jesús Montero, ya se está trabajando con un grupo de expertos, cabría
esperar que se aclaren algunos aspectos que impiden a autónomos y asesores
fiscales determinar qué gastos se pueden deducir y cuáles no.
Lo que está claro, es que "para que haya una
flexibilización en los criterios de los inspectores, tiene que haber un cambio
normativo. Sí que es cierto que podría haber criterios más laxos en
cuestiones fronterizas, en deducciones en las que hay indeterminación, como es
el caso del vehículo, el móvil o los gastos de representación", explicó
José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda
(Gestha)
Levantar el foco fiscal de los autónomos
Así pues, para revisar las deducciones, se
tienen que cambiar los criterios administrativos y esos cambios
tiene, que producirse o bien, a raíz de una interpretación
judicial o en el marco de una reforma fiscal. Aunque también es
posible que se flexibilice, de forma indirecta, la actuación de los inspectores
a la hora de comprobar las deducciones que hace el colectivo: "si
en la próxima ley de medida de prevención contra el fraude fiscal se logra
centrar el foco más en las grandes empresas y menos en los autónomos,
indirectamente, se harían menos comprobaciones pequeñas de este tipo.
La práctica nos dice que los que incurren en esas discrepancias
son aquellos que tienen poco asesoramiento o directamente no lo tienen",
reconoció el secretario general de Gestha.
De hecho, los inspectores de Hacienda quieren centrarse más en los "pocos muchos" y no
tanto en los "muchos pocos", como muchas veces se ha hecho.
Aún más en un contexto de crisis sanitaria y económica, "que ha tenido
durante meses a la mayoría de los autónomos sin ingresos. Pedirle a un
pequeño negocio en estos momentos que liquide una deuda tributaria de
hace dos años, de 20.000 o 30.000 euros, podría ser la puntilla
que le avoque al cierre definitivo", aseguró el secretario
general del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha).
El sindicato de inspectores lleva años solicitando
al Ministerio de Hacienda que cambie las directrices y mueva la lupa
de los pequeños negocios a las grandes corporaciones. "Parece
que, poco a poco, está cambiando la pauta. Hasta ahora, las investigaciones se
centraban en las actividades más pequeñas porque son las que llevan a cabo
fraudes de menor complejidad y mucho más fáciles de detectar. Sin
embargo, consideramos que hay que centrar más energía en aquellos que
tienen estructuras más complejas y que puedan estar defraudando cantidades mucho
mayores", dijo José María Mollinedo.
Gastos difícilmente deducibles
En todo caso, y al margen de la dificultad que tienen los
autónomos para deducir sus gastos más habituales, éstos serían los más
difíciles de justificar en una posible comprobación por parte de la Inspección:
Según apuntan desde Gestha, la deducción de gastos de
representación es, en casi todos los casos, una batalla perdida para el
autónomo. Para justificar los gastos de una comida en la que el autónomo invita
a sus clientes habría que demostrar que este gasto en el restaurante tiene una
finalidad única y exclusivamente comercial. ¿Cómo aportar pruebas que
justifiquen tales circunstancias?
Según los expertos, Hacienda no contempla la factura que
emite el restaurante como prueba suficiente. Demostrar con pruebas sólidas la
finalidad de una comida resulta tan complicado que podría considerarse un
gasto casi imposible de deducir sin riesgo de sanción.
Además según, Domingo Gallego, asesor jurídico de ATA, hay
también otros gastos de difícil justificación como es el caso de la
ropa de trabajo. Según el asesor, se considera de uso particular a pesar de que
el autónomo pueda necesitar un traje o cualquier otra prenda para desarrollar
su actividad. “A no ser que la compra se realice en una tienda especializada en
ropa de trabajo, se trataría de un gasto de muy difícil justificación".
Lo mismo sucede con el teléfono móvil. Un autónomo tiene
bastante difícil justificar que utiliza el teléfono móvil tan sólo para su
actividad. En muchos casos, para justificar la deducción de este
gasto, Hacienda pedía que se probase que las llamadas fueran
derivadas de la actividad, es decir, que se producían con clientes, o que se
hubieran hecho tan sólo en días hábiles. Se trata de una prueba
inviable. ¿Cómo justificar que todas las llamadas han sido a
clientes? ¿Qué hay de las llamadas que se producen por cualquier circunstancia
fuera de días laborables?” apuntó la abogada.
- Gastos
relacionados con el vehículo
Los gastos derivados del vehículo también suelen ser
de muy difícil justificación. Normalmente, la propia naturaleza del gasto
impide la prueba. Es el caso del combustible, las reparaciones del
vehículo, los peajes o los parkings. “Hacienda suele cuestionar este tipo
de compras, es casi imposible probar que el combustible del vehículo se ha
utilizado única y exclusivamente para el desarrollo de la actividad. Lo mismo
sucede con las reparaciones, no existen pruebas irrefutables de que estos
gastos hayan sido imprescindibles para el desarrollo de la actividad”
explicaron desde del despacho de abogados Ático Jurídico.
Para deducir el 100% del IVA de la compra del vehículo sin
correr el riesgo de tener que devolver el importe deducido y enfrentarse a
una sanción, el autónomo tiene que ser un profesional que se dedique en
exclusiva a actividades vinculadas con el transporte. Para
especificar aún más, Hacienda prevé una serie de casos en los que sí es posible
deducir el 100% del IVA en la adquisición de un vehículo.
- Vehículos
mixtos utilizados en el transporte de mercancías
- Vehículos
para la prestación de servicios de transporte de viajeros mediante
contraprestación (por ejemplo, taxistas).
- Los
que prestan servicios de enseñanza a conductores mediante contraprestación
(Vehículos de autoescuela).
- Utilitarios
usados para pruebas, ensayos, demostraciones o promoción de ventas.
- Turismos
utilizados en los desplazamientos profesionales de los representantes o
agentes comerciales.
- Los
vehículos usados en servicios de vigilancia y seguridad.
Fuente: Actualidad
Gestha